De aquellos asentamientos informales que se han formado paulatinamente tan distantes y ajenos a la ciudad, el árbol es uno de esos puntos difusos en el mapa mental de los caleños.
Más arriba del barrio Melendez donde las calles dejan de ser pavimentadas para convertirse en caminos de tierra cada vez menos transitables y donde la ciudad que cada vez más lejana pasa a convertirse solo en un bello paisaje que se observa inofensivo desde la altura de la montaña, existe una comunidad que con sus uñas a sido capaz de levantar sus propias viviendas y han ido adecuando este entorno recursivamente para poder sobrevivir...
Esta es la historia de Elsy Lucero Mendéz, su familia y un pasado que apesar de haber sido difícil, no ha sido razón para abstenerse a emprender un proyecto de una unidad productiva, gracias al programa de Atención a desplazados del CEAI, con la esperanza de mejorar su presente y tener un mejor futuro.